Manifiesto II
El poeta debe siempre ir mas allá. Ese es su compromiso.
Debe ir más allá de las cosas mudas encerrándolas en los sonidos que produce su cueva sonora, su honda marimba de entretierra, de entremarfil.
Y debe ir mas allá del sonido
Encerrando su eternidad de mar entre barrotes de papel mórbido y tinta noctuRna.
Y sabiendo que esas carceles también son decarne, también guardan adentro fuegos, hachas y maderas.
Y como el hombre van pegadas al tiempo como a un carrusel irrefrenable
Que las bota al mundo, las deja florecer como doncellas recién bautizadas por el rocío,
las colma de gracia
Luego las fatiga en infame promiscuidad
Y luego las escupe como bagazos gimientes
Habiendo comprendido esto y con dolor
El poeta debe ir más allá.
Amante cruel debe Tomarlas
Amarlas
Erigir un altar de piedras ardientes
Prometerles el matrimonio
Y luego
Con pena
Dejarlas en el altar
Antes que las escupa el tiempo
Y casarse con ellas
Después de que sean bagazo.
Y aun así ir más allá.
En la nocne de bodas,
Recuerdas que te hoblé ae su fuego, su hocha y su madera?
Mata las palabras
Y elige
Si quieres quemar su madera
O Labrar una estatua
... O quizá una silla.
La condición de la silla
Es que no sirva para sentarte en ella
Sino para admirarla.
Y aún así
Debe el poeta ir un poco más allá.
Debe alinear laj palabraj por colores
Qve no segolpeen
Que no se deslían
Que no se apaguen
Una vez alineadas
Que canten
En armonía, en canon
Con ef cuerpo con la tierra
Y Luego
Que se callen.
Que se golpeen
Que se abucheen
Que se desgarren
Qve se devoren
Que chillen
Pero que practiquen sus batallas
Su agonía su penumbra su silencio
No permitas que se suelten
Que te muerden
Que te comen la lengua
Qve te hacen mamarrachos En la cara.
Y aún
Debes ir más allá
suéltalas
Corre con ellas.
Las conocerás verdaderamente
Salvajes
No te asustes
Se devoran todo.
Y qweman todo.
Se quitan tu máscara
Y tu vestidura de tiempo
Luego
Cuando se asientan
Ves frente a ti
Tu cara
La que temías.
Es el compromjso del poeta.
No con sus amigos
No con el mundo
No con su corona de laureles.
Es con las palabras
Las niñas hambrientas
La bofetada en el rostro.
Es con tu cara
Macaco
Poeta.
Ahí está la poesía
Más allá
En la selva del pánico.
En el reflejo que se dibuja
Al fondo del lago.
El que ahogó a Narciso
Tan diferente de lo que él creyó su cara.
Escribe, poeta
Apretando el vientre.
Escribe con dolor
Con pánico
Con el horror y la vergüenza que el ser hombre o ser hembra te imprime
Escribe como hundiendo la cuchilla en tus arterias.
Así de vivo y así de cansado y así de arrepentido.
Así de comprometido con tu insignificancia
Escribe a gritos
O no escribas.
27/05/09